La vuelta de la bicicleta


Ya está llegando, ya está llegando.

¿Vieron cuando un cambio es inminente? Estoy arriba del colectivo y sólo veo bicicletas. Las conozco. Las viví en otra época, en otro lugar. Conozco sus cosas buenas y las que no lo son tanto. Me imagino la adrenalina de andar en una ciudad como Buenos Aires. También el miedo, el instinto de supervivencia. Sé el esfuerzo, las piernas de piedra y la falta de aire en las calles en subida…pero también de la felicidad y la veloidad de la calle en bajada. De lo lindo y pintoresco de tener una bocina, aunque también de la mala recepción que se da en el otro cuando la usás. Pero de lo que más sé es del viento sobre la cara, esa inexplicable libertad, ese silencio amplio y cómodo. Vos y tus pensamientos, mientras imponés tu ritmo y ves las cosas quedar atrás tuyo. Eso. Sólo el viento sobre la cara, los ojos chiquititos y tu música interior.

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3 respuestas a La vuelta de la bicicleta

  1. Cristian dijo:

    Ademas de sentir el viento en la cara y escuchar la musica interior nunca hay que olvidarse de mirar el MONSA que pasa a 75km/h por la esquina con el semaforo en rojo. Sino terminas viajando en colectivo con bici y todo 🙂

    • Cocot dijo:

      jajaja el MONSA! Es que me gustan los deportes de riesgo! Che y tu bici? Sigue viva?

      • Cristian dijo:

        Creo que si… pasa que despues de que la «tunié» y me sobraron piezas no me atrevi a usarla mas… si te animás a probarla te la presto, pero habria que cambiarle las camaras como minimo porque ya tiene mas de 15 años estacionada.

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