¡No sabes lo que me pasó hoy de vuelta del trabajo! Iba en el subte E desde Medalla Milagrosa al centro, sentada casi durmiéndome, cuando de repente algo horrible. De la nada, como una ráfaga, el subte pasa por un lugar donde el suelo estaba inundado y en un segundo: un enchastre! Una enorme cantidad de líquido marrón y hediondo salpica a una chica y un tipo que estaban parados cerca de la ventana. Los bañó boluda, posta que los bañó. En seguida, escucho al guarda que le grita a otro «¡Viste que te dije que teníamos que quejarnos de los deshechos cloacales, otra vez ensució a la gente!» Acto seguido: todos solidarizándonos con ellos, dándoles carilinas y pañuelos para que se limpien. ¡Un asco boluda! ¡Fueron empapados de mierda! ¿Te das cuenta? Uno no se puede relajar ni en pedo porque de la nada podes estar bañada en mierda!
Esta historia comenzó a resonar en mi cabeza a medida que bajaba en estación Bolívar del subte E. Nati siempre se toma el subte E volviendo de su trabajo. En cambio para mí, digamos que era mi primera vez. Lo más importante: procurar estar lejos de las ventanillas. Un calor agobiante, pero lejos de las ventanas.
Inevitable: comparar.»Mmm como un A pero más sombrío. Un poco más under» Pero las luces antiguas y los nombres de las estaciones escritos en azulejos similar, pintoresco.
La gente: extraños. Intentaba poner cara de que era una más, que era normal para mí tomar ese subte. Malísima actriz. Todos lo supieron. Me miraban como sapo de otro pozo.
Llegar a Varela: salir al corazón de un barrio desconocido. Chica de Avenida Corrientes y 9 de Julio en un barrio tan barrio es gracioso, desubicado. San Telmo es un barrio, pero no. No lo es. Aunque sí lo es. Está conformado por una pluralidad de gente. Está abierto a chicas de Avenida Corrientes y 9 de Julio, a muchachos del 18eme de Paris, a hippies chic que se sienten en su esencia, a viejos que hace 40 años viven allí.
En fin, nunca se deja de conocer Buenos Aires. Ampliando conocimientos. Seguimos.